Lo primero que se nota nada más
aterrizar en el aeropuerto de Kingston es calor. Aunque la temperatura media
sea de unos 25 grados, hay mucha humedad, así que la sensación térmica es
mayor. Para ir a la ciudad, puedes coger
un autobús o un taxi, pero si elegís ésta última opción no dudéis en regatear,
allí todo el mundo lo hace.
De camino al hotel elegido, unos
ya se empieza a hacer una idea de todo lo que le espera: una inmensidad de
paisaje verde, montañas y pequeñas casitas de madera o grandes mansiones (según
sean de jamaicanos autóctonos o de ingleses). En Jamaica siempre hay algo que
hacer y un paisaje del que disfrutar… pero también se puede aprovechar
simplemente para relajarse.
Las playas son una de las visitas
obligadas de arenas blancas y agua cristalina son maravillosas para relajarse.
La de Negril es más corta y estrecha que la de Ocho Ríos, pero en ambas, el
agua es transparente y no hay olas, ya que el arrecife de coral que rodea la
isla impide que éstas lleguen a la playa. La estancia en estas playas justifica
claramente el viaje a este maravilloso destino, pero no todo debe ser playa, si
se desean otras actividades, en Jamaica se pueden encontrar.
Si se quiere disfrutar del
paisaje montañoso en primera persona, no se puede dejar de hacer una excursión
a Blue Mountains: ríos, cascadas, lagos de agua transparente, pájaros de
colores y mucha vegetación.Destaca la visita a las cataratas Dunns falls la
principal atracción natural jamaicana. Están situadas a las afueras de Ocho
ríos, en el centro norte de la isla ascendiendo desde la playa.
En Montego Beach se celebra el
Reggae Sumfest (http://www.reggaesumfest.com/) a finales de Julio o principios
de Agosto, por lo que si se viaje en esas fechas, se tiene un aliciente añadido
a la ya de por sí obligada visita a Jamaica, incluso y porqué no, realizar una
visita al museo del mítico Bob Marley.
No se debe perder de vista el
aspecto compras, artesanía lugareña, telas, licores y tabaco son los más
destacados.
Así que ya sabéis: playas de
arena blanca y agua siempre azul y clara, el sol caliente del Caribe, montañas
y cascadas de película… un lugar que huele a tradición, a música y a cultura.
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